Conóceme mejor

Conóceme mejor

Mi pasión es ayudar. Cuando tuve que decidir mis estudios, ya tuve claro que quería estudiar algo que me permitiera ayudar a las personas.

Decidí estudiar trabajo social y cuando terminé quise continuar con mis estudios y aprendizaje, así que empecé psicología. Me apasionaba todo lo que era el cerebro, los pensamientos, el funcionamiento de la mente,…

Me fui a vivir con mi pareja y me surgió una oportunidad laboral al lado de casa que no pude desaprovechar. Así que me pasé a los estudios online mientras lo compaginaba con el trabajo.

Con el tiempo, me empecé a interesar por el coaching. Me parecía muy interesante, así que hice un paréntesis en los estudios de psicología e inicié un postgrado en Coaching que me permitió seguir trabajando. ¡Me encantó!

Allí descubrí mi pasión: el coaching. Qué gran revelación, todo me parecía apasionante y me lo pasé bomba con los aprendizajes. Esto sí que era aprender y crecer. Hice después también cursos de coaching ontológico y cursos de coaching transformacional.

Durante mis estudios, en coaching, mientras hacíamos prácticas, en un video que mirábamos de Steve Jobs, salió esta pregunta:

Qué estás dejando de hacer, y qué quieres hacer ya?

¡Fue como un latigazo! una revelación! El corazón latió fuerte y empecé a sudar! La respuesta fue firme y contundente, no se si estaba preparada para recibirla con esta intensidad. Así que la respuesta a la pregunta era: ser madre. Estaba super emocionada, porque lo tenia clarísimo.

Después de 9 meses muy tranquilos, llenos de ilusión y confianza, nació mi primer hijo, Nil. Nil tambaleó toda mi vida, puso de patas arriba todos mis valores, mis objetivos, mi persona, mi ser. Nil apareció en el momento indicado y de la forma indicada en mi vida. Así que empecé un largo aprendizaje de vida junto a mi hijo.

Todo lo que pensaba que sería, no fue, todo lo que sí pensaba que sería, tampoco fue. Así que no me tocó más remedio que convertirme, transformar y danzar como pude en una maternidad difícil, que no sabía cómo disfrutar. Con el tiempo, todo se fue calmando y Nil iba creciendo.

Pero algo dentro de mi me decía que esto no era una maternidad feliz, que no podía ser, me negaba a aceptar que los primeros años de mi hijo Nil, me trajeran tan desorden.

Así que 9 meses después llegó Lluc. Lluc todavía tambaleó más mi vida, pero fue un tambaleo suave, e incluso, apetecible. Lluc me abrió los ojos. Con Lluc desperté. Con LLuc me di cuenta de todo y más! Me di cuenta de que todo es mucho más fácil de lo que parece y que la maternidad es así, intensa.

Ahora ya te he contado mi historia. ¿Quieres contarme la tuya? Tomemos ese café juntas 😉

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