¿Te has dado cuenta de cuántas veces reiteramos la importancia de hacer tribu?
Hoy voy a centrarme en este tema. Quiero explicaros qué significa cuando decimos que es necesario educar y maternar en tribu, porque… ¿Sabemos exactamente qué significa hacer tribu? ¿A qué nos referimos?
Hacer tribu se refiere a que no solamente una persona o dos (madre y padre) estén involucradas en la educación y crecimiento de la criatura, sino que lo esté todo el entorno de amigos, familiares, etc.
Que el entorno del niño o la niña sea favorable, no significa que esta criatura esté acompañada cuando lo necesite. Es decir, es muy posible que no estemos educando en tribu.
Quiero darte un ejemplo para que lo entiendas mejor. Fue algo que me pasó a mí:
Un día tenía que hacer una tarea: poner unas cartas en un sobre. Mi hijo pequeño quiso acompañarme y se sentó delante del ordenador porque quería probar, experimentar con esta tecnología. Yo, por supuesto, le ayudé preparándole un documento de word, aunque tenía que seguir realizando mi tarea (los sobres).
De repente, pulsó una tecla equivocada y apareció un error en la pantalla. La reacción del otro adulto que estaba allí conmigo fue la de: ¿Ves lo que pasa cuando se deja el ordenador al niño?
Por supuesto, el niño no se sintió acompañado (y yo tampoco.) Esto es el claro ejemplo de lo que sería ‘no hacer tribu’. Hemos normalizado que este tipo de situaciones existan, pero démosle la vuelta:
El ordenador es una herramienta de trabajo que todos y todas tenemos en nuestra casa y usamos muy a menudo, por lo que es muy normal que un niño también quiera usarlo.
Fijaros cómo la situación podría haber sido distinta si el adulto que estaba allí conmigo hubiera acompañado al niño, en vez de haberse quedado mirando y sin interactuar con él: mira, ves lo que pasa cuando pulso la tecla A?
Esto hubiera sido educar en tribu. Acompañar al niño.
Lo que hizo el otro adulto, no es correcto ni incorrecto, pero este ejemplo nos da que pensar. Si hubiera habido una tribu, es decir, si alguno de los adultos que estábamos ahí hubiéramos entendido la importancia de la situación, quizá hubiéramos reaccionado de otra forma.
Pero debemos entender que la situación podría haber sido muy distinta. Además de todos estos beneficios:
- el niño se hubiera sentido bien, comprendido, hubiera sentido que lo entienden
- hubiera sentido que sus necesidades están satisfechas
- hubiera sabido que no se ha equivocado
- mejoraría la relación entre los adultos y él, ¿verdad?
Pero nadie acompañó a mi hijo en esa necesidad de explorar. Aquí dejo el vídeo en que te lo cuento más en detalle, para que saques tus propias conclusiones.
Si no sabes cómo resolver este tipo de situaciones, no dudes en ponerte en contacto conmigo en este enlace. El coaching para madres es mucho más que desarrollo personal, también es resolver conflictos de un modo más consciente y responsable con tu hijo/a y tu maternidad.